Incendios forestales
en California
Con la pandemia de la COVID-19 y el calor sin precedentes que asola California este año, los residentes se enfrentan a una amenaza adicional: una temporada de incendios forestales sin precedentes. Las comunidades están siendo devastadas por frecuentes incendios, amplificados en su intensidad y frecuencia por el aumento de las temperaturas del planeta, un clima cada vez menos lluvioso y la sequía. Seis de los veinte incendios forestales más grandes del estado han ocurrido en 2020... hasta ahora.
En las últimas cinco décadas, la superficie de tierra quemada cada año en el estado se ha quintuplicado y los científicos del clima nos dicen que las cosas solo empeorarán. En septiembre de 2020, más de 2,5 millones de acres se han quemado en California, destruyendo casi 4.000 estructuras, es decir, 2.500 estructuras más que en el mismo momento de la horrible temporada de incendios de 2019. El humo de los incendios ha teñido el cielo de un espeluznante color anaranjado y el aire se ha vuelto de tan mala calidad que amenaza la salud de los californianos más vulnerables.
Además, el calor extremo, combinado con la mala calidad del aire causada por el humo de los incendios, puede empeorar la situación de la COVID-19. Aunque los médicos no están seguros de que el humo de los incendios forestales pueda hacer que las personas sean más susceptible a la COVID-19, algunos estudios han descubierto que en los lugares donde la contaminación del aire es alta, los responsables sanitarios están viendo peores resultados de la COVID-19. Y un impacto relacionado con las altas temperaturas récord, que alcanzaron los 121 grados en el condado de Los Ángeles, fue el cierre de varios sitios de prueba de la COVID-19..
Los incendios forestales pueden afectarnos a todos, incluso si nuestros hogares y vidas no están directamente amenazados. Pero la realidad es que algunas de las comunidades más vulnerables y de bajos ingresos del estado son las más afectadas por el cambio climático. Los trabajadores agrícolas, por ejemplo, son especialmente propensos a problemas de salud respiratoria causados por los incendios porque trabajan al aire libre y están expuestos al humo que daña los pulmones. Los miembros de esta población también son más propensos a tener condiciones pulmonares crónicas que los ponen en riesgo. Muchos de ellos carecen incluso de una protección básica, como las máscaras N-95 para protegerse de las partículas de humo. Estos impactos son aún mayores para los trabajadores indocumentados que se enfrentan a otras cargas, y que no pueden acceder a redes de seguridad social como los beneficios de desempleo o los programas de acceso a los alimentos.
Los incendios forestales, cada vez más frecuentes e intensos, no son más que un impacto perjudicial del cambio climático. A medida que trabajamos para abordar y adaptarnos a esos impactos más ampliamente, es importante que actuemos ahora para aminorar los impactos de estos devastadores incendios en nuestras comunidades.
Debemos actuar para proteger a nuestras comunidades, y el primer paso es ser conscientes y estar preparados en caso de un incendio rural o forestal. Si estamos mejor preparados, nuestras comunidades pueden recuperarse con mayor rapidez y facilidad.
